miércoles, 3 de abril de 2013

Finlandia y la educación


Desde hace décadas Finlandia se nos presenta como modelo de sistema educativo. He oído hablar mucho sobre este tema a políticos de derechas y de izquierdas, psicólogos, padres, expertos y gente que no tiene ni idea. Es un tema importante, casi fundamental para construir una sociedad moderna y con futuro. Pero ¿qué diferencia el sistema finlandés del nuestro? Hace unos años pasé unas semanas en Tikakoski, una pequeña ciudad en el centro del país de los mil lagos. Desde entonces mantengo buena amistad con Tuula, profesora de castellano (y de diez idiomas más) de un centro de Secundaria y con su marido Heiki, profesor de Geografía en la Universidad de Jüvaskila. 

No hay grandes diferencias ni de temarios (prácticamente las mismas asignaturas en los mismos niveles), ni en horarios (en el cómputo general, las mismas horas y los mismos periodos de vacaciones, aunque repartidos de forma distinta a lo largo del año a causa del clima); tampoco en la relación de los chavales con los profesores. 



La primera diferencia FUNDAMENTAL es que en Finlandia tienen el mismo sistema educativo desde principios del siglo XX y NO SE HA CAMBIADO aunque se hayan alternado muchos gobiernos de signo muy distinto. La educación NO es tema político. Aquí, en cambio, he perdido la cuenta de las leyes (LODE, LOGSE, LOE…), decretos, opiniones de consejeros y de inspectores, cambios de temarios… 

En segundo lugar, los maestros y profesores de niveles universitario y no universitario tienen un status social idéntico. Piensan que la educación de un alumno comienza a los tres años y que son igual de importante, o más, los primeros años a los últimos. Además, la docencia es una profesión que necesita de una gran vocación, que estudiar magisterio es una cosa muy seria y por lo tanto se hace una selección importante para acceder a estos estudios. 

Aquí llega otra diferencia notable: económicamente es una profesión, la docencia, bien pagada, con numerosas ayudas para el perfeccionamiento, y, sobre todo, contando con unos medios en las escuelas a siglos luz de los nuestros. 

Los profesores son respetados por todos porque tienen en sus manos lo más valioso de la sociedad: los niños, el futuro. Respeto que se adquiere con la profesionalidad y que implica un gran sentido de la responsabilidad. 


Y, por último, el bilingüismo, tan de moda en estos años, no es sólo una cuestión educativa. En Finlandia tanto en los cines como en la televisión, las películas en otro idioma no se traducen, se subtitulan. ¡Se imaginan ustedes si las horas que pasan nuestros niños delante de la tele estuvieran oyendo hablar inglés! 

No es sólo cuestión de dinero, que también. Es que aquí, en España, la mayoría piensa que los docentes somos unos privilegiados por las vacaciones y que nos quejamos por todo. 

¡Así nos va!


Fuente: Diario de Cádiz

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